Luego vinieron por mí—y no quedó nadie para hablar por mí
inteligencia-artificial | Jan. 2, 2024, 6:06 a.m.
Verso muy conocido atribuido a Martin Niemöller, un pastor protestante alemán. La versión más citada de su declaración, que se ha adaptado en numerosas formas a lo largo de los años, refleja la inactividad de los ciudadanos alemanes ante el ascenso del nazismo y la persecución de sus diferentes grupos objetivo.
El poema es una poderosa llamada de atención sobre los peligros de la apatía y la pasividad frente a la opresión y la injusticia. Aunque hay varias versiones, una de las más conocidas es la siguiente:
"Primero vinieron por los socialistas, y yo no hablé—
Porque yo no era socialista.
Luego vinieron por los sindicalistas, y yo no hablé—
Porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los judíos, y yo no hablé—
Porque yo no era judío.
Luego vinieron por mí—y no quedó nadie para hablar por mí."
Este poema es un recordatorio sombrío de la necesidad de defender los derechos y libertades de los demás, incluso si no somos directamente afectados por la opresión en ese momento. Sostiene la idea de que permitir la injusticia o la persecución de un grupo amenaza la libertad y seguridad de todos, ya que crea un precedente que puede extenderse a otros grupos y, eventualmente, a uno mismo. La indiferencia o la inacción ante la injusticia son vistas como complicidad en este poderoso mensaje.